domingo, 7 de noviembre de 2021

REVOLUCIÓN

 Y la noche aparece de nuevo , y con ella el silencio cruel del amanecer, poblado de trinos y vientos tan alegres como ajenos. Paso de un descanso sutil y lávil a una trinchera enmarañada de luces y ambivalencias en los cinco sentidos que se atascan entre el cielo y el cieno, sin saber muy bien donde dirigir sus pasos.

Pero ando, sonrío, como y devuelvo el aliento para seguir cansado sin levantarme de ningún sitio.

Y tal vez sea ese el error, el indicio y el inicio de la solución...constatar que en la vida no te puedes permitir que el cansancio sea producto de la desidia y el inmobilismo, porque al igual que frente a los pecados de algunas religiones, surgen las virtudes que ayudan al ser humano a sobreponerse y vencer la mentira de la sin razón de los primeros, frente a la verdad laica y terrenal de las segundas, debemos atenazar cualquier resquicio del insolvente e inutil cansancio para reforzar el brío de nuestra sangre al pasar por las arterias y venas que nos sustentan y REACCIONAR para así convertirnos en la revolución de nosotros mismos. Esa revolución que estamos obligados, por la propia ley natural de la subsistencia del propio ser, a recoger entre nuestras manos, como futuras artífices del ánfora labrada como el AMOR, con la tierra y el agua que son la arcilla y el adobé de nuestros cimientos, el sol que calmará y secará nuestras lágrimas orientándonos hacia su luz y el fuego de la pasión por vivir y conseguir ser TU mismo para que así pueda llenarse del elixir de la FELICIDAD.

Ese elixir que se aleja de lo mágico y del chamanismo para nutrir nuestros alvéolos, del oxígeno suficiente para respirar alegría. La alegría de vivir porque te apetece...nada que ver con lo lúdico, jocoso o istriónico. Lejos de la falsa sonrisa y del abrazo sin continuidad en la palabra. En el límite que marca la osada y pulcra utopía frente a la lánguida rutina y el costumbrismo. Al otro lado del "estoy porque tengo que estar". Próximo al " estoy donde quiero estar"

Es el momento de hacer arpegios entre los días de la semana, porque añaden una posibilidad a las seis cuerdas de una guitarra, porque se acercan al número mágico de tu historia o tal vez, simple y llanamente....PORQUE TE DA LA GANA.


lunes, 20 de septiembre de 2021

ENAMORARME DEL VIENTO

 Enamorarme del viento y sublimar su desdén ante los elementos.

Enamorarme del viento para intuir su fuerza, sus ráfagas, su inesperada respuesta, su atracción, su furia, su suave brisa.

Enamorarme del viento y respirar dos y mil veces antes de abandonarme a sus designios.

Enamorarme del  viento y volar, atrapado entre el cielo y la tierra... Sucumbiendo al tornado de sus emociones y a la dirección que tomará.

Amarle profundamente, hasta saberme junco, copa de un árbol o tal vez ave desorientada.

Entregarme sin condiciones y acercar el mar a sus nubes para que las una, provocando una tormenta de lágrimas de amor... y besarle.

Besarle aun sin verle por estar sometido a él e idolatrado.

Acariciarle sin mesura, cuando es aire, esquivarlo cuando es huracán y hacerle el amor si atrapa fragancias de flores silvestres o tierra mojada por el camino.

Sosegar mi calor a su lado y abrigar mi piel cuando avisa del frío.

Enamorarse del viento siendo parte de la tierra.

Sin que la arena que arrastre, seque y hasta ciegue mi horizonte, mi recodo de vida...mi utopía.

Enamorarse del viento fue fácil por su belleza y prestancia...Difícil por intangible a la entrega de mis manos...posible porque una parte de mi le pertenece.

miércoles, 5 de diciembre de 2018

40 AÑOS DESPUÉS


Rondaba el año 1985, a finales del siglo pasado, cuando estaba "sufriendo" un régimen castrense en el que los mandos militares me ordenaban y yo, agachaba las orejas que sobresalían de mi gorra, y obedecía. 
Tocaba aquello y lo asumía. No sin antes preguntar la razón de la orden y ganarme una mala contestación o un arresto; pero preguntaba. No sé si por curiosidad adolescente o por rebeldía, pero el caso es que no podía permanecer callado.
Mi madre me enseñó algo muy valioso en la vida, de entre tantísimas cosas que me enseñaron las dos.... ella y la vida:
Me lo enseñó en este orden y es muy significativo, porque ella ya era conocedora de mi carácter y mi personalidad. 
- Tú hijo! -

Decía la Sra. Sofía.

- Nunca te creas mas que nadie, porque no lo eres ni lo serás por muy alto que llegues -
Eso siempre me lo decía a la cara, mirándome a los ojos y con una sonrisa que permanecía entre la ironía y la complicidad, porque era sabedora de mi soberbia joven y mi entereza fraguada en sus enseñanzas y en la calle.

- ¡Pero!... -

Proseguía con su argumento, hoy en día indestructible, tejido y grabado como el que marca a una res, en mi piel.

- A pesar de que debes ser HUMILDE, debes saber también, que nadie, absolutamente nadie, es mas que tú, por muy "alto" que esté o muy grande que sea el cargo que ostente.-
- ¡Si tú crees que tienes la razón!... -

En este momento, mi madre se ponía seria, muy seria a pesar de su sonrisa casi perenne, y me encantaba verla así de segura y firme.

- Si tu tienes la razón, no debes dejar que nadie te pise, porque no eres ni tonto, ni un maleducado y sé que lo vas a defender con EDUCACIÓN. ¡Pero sé HUMILDE por favor hijo! -

Culminaba así su clase magistral de vida, mi Santa Madre.

Así lo hacía, lo hice mas de 30 años, lo hice en "la mili", en la Universidad, en mis trabajos, en el deporte, con los que quiero y lo mas importante....con los que no me importan nada, porque aunque no me importen, ni merezcan el premio de mi ODIO...si intentan pisarme o pisar ideales de EQUIDAD Y LIBERTAD, pisan el suelo sagrado de mis cimientos, y los de cualquier sustento SOCIAL. 
Y es por eso que ellos merecen la misma ausencia de silencio de la que gozan los cerdos cuando luchan en su pocilga, por los restos de comida que les hacen engordar para acabar muertos y engullidos por aquellos que les dieron de comer.
Respeto y educación merecen por lo tanto, el que te tiende la mano y el que te la pretende pisar,  pero SILENCIO NUNCA!. 
A principios de siglo y transcurridos ya 33 años de lo acontecido al inicio del relato, aún quedan "cerdos" que se creerán mas fuertes por haber engordado a base de restos putrefactos de comida, cedidos por sus amos como una limosna, pero sin criterio, solo para engordarlos y tenerlos en su corral/pocilga/ zona de influencia. 
Pasados 33 años, los "cerdos" creen que por gritar y estar obesos de poder, son mas que los que trinan sus argumentos desde la humildad del que se sabe en el poder de la razón. 
Los cerdos ignoran que el que trina...come con elegancia y sutileza y levanta el vuelo si pretenden pisarle, mientras a ellos les aguarda solamente el fango y su putrefacta comida entre las cuatro paredes de su pocilga plagada de insectos y larvas que circundarán a su alrededor por una mísera brizna de poder....o la muerte cruel, con un cuchillo en su garganta, protagonizada por aquellos que le suministraron tan  "suculento manjar"
Porque me siento mas ave que cerdo. Levantaré el vuelo y trinaré mis argumentos pese a que determinados bípedos implumes, pretendan callar a un pájaro LIBRE SIEMPRE, y ávido de cantar preciosos cantos que transmitan EDUCACIÓN, PAZ Y VERDAD. 
¡SALUD SEÑORES!

miércoles, 7 de noviembre de 2018

DORSO HÚMEDO

Murió y no estuve allí para sosegar la agonía que nunca supuse y jamás pregunté después.

Pasaron los días y me dolían mas las vísceras... Los momentos vitales donde aparecía, comenzaron a ocupar mis venas y a enfangar el paso normal de mi sangre . Pero hablé amenudo del rigor de tu mentira, del amor desmesurado...Hablé tanto, que mi voz y mis palabras se confundieron con el hijo de vida que mantenías cuando dejé de verte, y me vestí desde entonces con tus pieles ya ajadas por el tiempo y el sol del campo; rasuré mis defectos para ocuparme de los tuyos y vencerlos en pro de una libertad que mantuviste entre rejas insalbables para tí y futiles para mí; vendí mi alma inexistente, para que ahora fueses tú la que hablaras en mi nombre o con mi garganta, para que acallaras las voces que te callaron y omnubilaras con tu sensatez y tu amor al de al lado, siempre más que a ti misma; lo hice para pertenecerte...

Fue entonces cuando susurraste a mi oído palabras con olor a tí, de tal mesura y belleza, que los renglones que portaban, colreaban el turbio y amargo camino de mi sinrazón.

Escuché, ahora tranquilo, tus enseñanzas ,te escuché morir entre historias de lejos y cerca, daba igual de dónde procedieran pues tu sabías y te gustaba saber.

Entre ellas se mezclaba el amor, el honor, el dolor y la lucha....siempre la lucha. Escuché y escribí solo para tí, lo que tu habías escrito ya antes para mí sin apreciar que lo hacías.
Esa noche escogí de entre todo, algo certero y hondo que acompañó mi letargo hasta lo mas profundo del sueño... hasta tan dentro, que al quedar arando mi piel pude leerlo con mis manos, atraparlo entre mis dedos, y llevarlo hasta un papel dibujado de letras ordenadas en este sentido:
"Convertir tu orgullo en un desprecio.

Suturar tu piel despues de quedar ajada, lasa y maltrecha de humedad.

Tus lágrimas brotan sin mesura.

De tu espalda al pecho, del pecho a la garganta y de ahí al lacrimal impoluto de tus ojos ávidos de libertad.

La Naruraleza intransigente invita a debilitar tus huesos y encumbrar tu esperanza.

México camina, nada y tropieza en el fango absurdo del sendero hacia una muralla plagada de muerte.

Mientras sus muertos son venerados con calaveras de colores y atuendos histriónicos.

Fuerza y ccotradicción, cordura, color y lágrimas llenan tus rancheras de amor y honor, de lucha y de sinrazón.

Hoy es el ayer de hace cien años, mañana solo es hoy si amanece".

sábado, 23 de diciembre de 2017

TRABALENGUAS

Si escribo lo que siento, siento que mis sentimientos pudieran contagiar al sentir popular de una fecha en el calendario que se caracteriza por sentir AMOR, SOLIDARIDAD, FRATERNIDAD, PAZ Y FELICIDAD por el mero hecho de aparecer situada en un día o un mes concreto.

Si callo lo que siento, siento que el sentimiento que siento, es un sentir tan profundo, que anega con sensaciones dispersas, el normal sentir popular de lo que sienten los que sienten un sentir de esas características.

Es por eso, que sintiéndolo mucho me veo en la obligación de asentir que los sentimientos que se sienten de verdad, asientan los ahogos de la soledad y sientan precedentes sobre lo que uno debe o no sentir frente a estas u otras circunstancias.

No es propio de un sentimental sentir porque sí, sin sentir por razones importantes, ni asentir, sentado, si sientes que sentir de veras es necesario transmitirlo.

Pues sintiendo y no asintiendo, hay que sentar el sendero del sentimiento puro, el de verdad, el que no es el sentir común y sí el sentir consensuado, solo así, las sensaciones sensatas, brotan y al sentarte, te sientes bien contigo mismo.

El sentimiento común no es más que el contagio emocional de las sensaciones sentidas por muchos que sienten parecido y sientan cátedra sobre el cómo proceder de manera sensata sin sentir la necesidad de sentirse mal por sentir así.

El sentir consensuado es un sentir, que a pesar de no haber sentido a priori e incluso tener la sensación de que entra en contradicción con lo que crees o piensas que es correcto sentir, obliga, a tu sentimiento arcaico y postrado de sensaciones vacías de sinceridad, a cambiar tu sentimiento profundo; y te hace sentir mejor por el mero hecho de constatar que sentir a quien siente y quieres sentir a tu lado, ha dejado de sentarse en tu corazón por comodidad y ha salido a tu boca para que sientas una sonrisa de verdad y no la sensación sucia del sentimiento poco sensato de la carcajada forzada y teatralizada hacia quienes sientes que sienten no querer sentarse a tu lado.

Un sentimiento extraño este del sentir popular, una raída tradición sentimentaloide que traiciona el sentido común y lo que sientes de corazón.

Una sensación de paz embarga a los que sienten que sus sentidos afloran plenos de sentimientos de amor y paz, y no voy a ser yo, el que pare el tren de la sensatez, aunque esta sea de postín, de traje y chaqueta, de matasuegras y bombines, de turrón y de mazapán. No seré yo el que me sienta mas ni menos que el que siente que se sienta a tu lado por obligación o tradición y te sonría con un puñal dialéctico entre sus dientes.

Voy a portarme bien con mis sentimientos y los voy a dejar sentir en paz y felicidad.

Sentiré que las hojas de acebo acercan a mis sentidos un beso, me sentaré frente al portal de Belén o el árbol de navidad para sentir su calor y su color, asentiré ante conversaciones profanas para no sentirme apartado, consentiré atragantarme con sentimientos de amor llenos de mentiras e incluso deshonras, profanaré mis sentimientos para sentirme integrado y arropado por las sensaciones que transmiten los sentimientos positivos del sentir común.

Me olvidaré de sentir de verdad para no acarrear mis lágrimas hacia los ojos de los demás y que se queden tranquilas en mi garganta, sintiendo unas ganas locas de salir pero atrapadas por mi sensación de ambigüedad sincera.

Taparé los ojos sentidos, para que afloren los que sienten que es mejor hacer sentir, que sentir tu mismo.

Me embriagaré hasta hacer sonreír al que siente que siento distinto a él y así conseguiré sentir que las sensaciones y los sentimientos no están dentro de mí y dependen mucho de lo que te circunda.

Seré feliz para felicitar al que felizmente felicita sin conocerme.

Valdrá la pena dejar la pena en condena y no apenar contando tus penas al que verdaderamente no le importan.

Y después de todo, vendrá en gran astro Sol y saldrá, drenando con premura las brasas apretadas del tramo inicial del día para impregnar con prudencia el principio de un amanecer…

Aplacará el reblandecido plan que impregna de blanco la negra brisa del postrado invierno y brindará con un brandi de burbujas brillantes, hablando ebrio del enebro y del acebo, de Gaspar y Baltasar, de un perdido en una silla, prisionero de un pregón preso entre sus sentimientos y libre de todo mal.


Enfadado y aturdido….Mis mejores deseos y una FELIZ NAVIDAD.

viernes, 15 de diciembre de 2017

CARTA DE UN PADRE A UN HIJO

Te trajo el calor de la mañana que no terminaba de calentar lo suficiente como para dilatar al mundo y que te recibiera holgado y tranquilo.
Llegaste sufriendo sin saber lo que era y te acompañé con castrense orden mientras estabas desvalido, alimenté tu diminuto almacén de vida y subsané con caricias y mimos el dolor que te pudieron ocasionar sin culpa y sin conciencia de lo que te acontecería.

Mientras te esperaba, empapé los pasillos de aquel frío lugar con todas las lágrimas que tuve e incluso pedí prestadas para secar mi pena y mi dolor, intentando subir los pequeños peldaños que te ofrece el azar para arroparte entre mis brazos y enseñarte a sonreír.

Eras pequeño, tímido y suave a la vez que gracioso, inquieto y bonito, muy bonito.

Cuando abrías tus ojos, permanecía expectante para aprender lo que ese día estabas dispuesto a mostrarme de ti, y rápido me eduqué en tu falta de apetito, en tu sonrisa indistinta, en tu confianza hacia mí.

Entre tus manos y mi cuello era capaz de abstraerme del resto del mundo para sentir tu amor, aunque no supieras que existía, con tus pequeños ojos me dirigías hacia lo que te interesaba y me advertías de tus necesidades.

Apenas sabías llorar salvo que estuvieses malito y disfrutabas tirando coches por rampas, pintando papeles con las manos limpias de mil colores mientras escuchabas la música que yo quería que aprendieras a escuchar, te hacías el grande aprendiendo letras sin saber hablar y señalabas con tu dedo índice y de forma certera cada una de ellas, asombrándome por tu inteligencia temprana, tampoco se te resistían los números aunque no supieras pronunciarlos y paseabas aún torpe y gracioso, mientras te detenías en las matrículas de los coches para presumir frente a mí, de lo mucho que tenías dentro y para hacerme feliz sin saberlo, como lo hiciste desde aquel día que finalizó una etapa en mi vida y un mes en el calendario, y comenzó lo más bonito que un padre puede tener …

Dormías cerca de mi pecho, cuando no podías dormir y los dos nos tranquilizábamos poniendo cerca tu pequeño corazón a ese al que tu habías ensanchado y llenado de amor, compartiendo tu respirar con mis latidos preocupados por ti, pero serenos por tu compañía.

Te acompañé en todo, no te dirigí, porque aún no he aprendido a hacer esas cosas y pocas veces me enfadé y si lo hice, sufrí por hacerlo y recapacité en favor de la coherencia y el entendimiento de tu niñez.

Siempre estuve a tu lado, muy cerca, tan cerca que a veces sentía que podía profanar tu libertad pero nunca lo hice porque la libertad es mas fuerte que la vida y la vida no es vida sin libertad.

Aprendiste a andar a mi lado y mirándome mientras lo hacías, como si preguntaras si aquello estaba bien o había que perfeccionarlo, luego a repetir los nombres de los que te rodeaban y querían… Te presente a todo el mundo porque el mundo me había ofrecido la felicidad de tenerte y yo quería compensarles.

También aprendiste a dar patadas a un balón, ensayando en un minúsculo pasillo con una pelota de playa deshinchada premeditadamente para que todo te fuera más fácil y tal vez ahí erré como en tantas cosas en mi devenir contigo y conmigo, tal vez no debí deshinchar esa pelota ni dejarte ganar en nuestras partidas de pin pon, seguro que confundí mi fervoroso amor hacia ti, con algo parecido al  engaño con el único afán de agradarte y verte fuerte y feliz.

No paraste nunca de encender el sol cada mañana y lo compartíamos constantemente, jugábamos, desayunábamos fuera de casa, balbuceabas lo que me hacía gracia para conseguir mi carcajada, te pavoneabas frente a mí, diseñando derrapes imposibles con tu bicicleta para sorprenderme y enamorarme…

Recuerdo que aprendiste a montar en bici en el pueblo, en la rampa natural de la casa de nuestros vecinos y lo hiciste como ahora haces las cosas, sin pedir permiso, con premeditación y alevosía pero sin conciencia de lo que te puede acontecer, pero yo estaba allí vigilante y protector para que no te ocurriera nada y que si te ocurría, yo pudiera subsanar los daños, o hacerlos mas pequeños con mi mano y con mi voz, pero ahora no estoy tan cerca y de hecho me siento lejos de ti, aunque te llevo dentro, como las madres durante 9 meses, pero sin la posibilidad de acariciarte a través de la barriga, ni de ponerte canciones que traspasen la piel, ni si quiera con la inocente alegría que provoca sentir tus patadas o el rotar de tu cuerpo a mi lado.

Ahora solo sé que estás porque te escucho de vez en cuando, te leo a través de la pantalla fría de un teléfono móvil o intento aglutinar todos mis consejos y lecciones de vida en el corto espacio de tiempo que suelo compartir a tu lado. Pero estás cerca hijo mío y soy incapaz de alargar más mi tiempo sin ti y mis silenciosas conversaciones, cada día cuesta un poco mas levantarse y no verte, no sentirme culpable de tu distanciamiento y constatar que tu sonrisa es producto de la alegría que en otro tiempo te trasladé porque no la quería para mí.

Hoy te extraño y esto último lo podría leer todos los días y todos sería cierto.

Hoy eres más mayor y crees que libre y hoy no puedo decirte que te quiero, sin que tan enorme sentimiento sean dos palabras u ocho letras, hoy es ese día en el que no pararía de escribir recuerdos a tu lado ni de dibujar paisajes en los que disfrutamos, caminos que avanzamos, juegos que compartimos y vivencias que desgranamos y de las que nos nutrimos.

Hoy no es tarde para recordarte porque te llevo dentro, más no puedo escribirlo todo, porque falta energía en los saltos de agua, en los molinos de viento, en el carbón del subsuelo y en la fortaleza del mar para soportar lo que fluye de mi sangre y se vierte en un alambique de frío metal camino del desagüe del olvido.

No romperé mis firmes convicciones, pero subsanaré mis errores…el millón de errores que he cometido y el millón de los que me quedan por cometer. Aprenderé de cada uno de ellos y mis convicciones serán aún mas fuertes, tan fuertes que nada ni nadie sea capaz de destruirlas, como nada ni nadie podrá NUNCA JAMÁS erosionar lo más mínimo el AMOR QUE SIENTO POR TI.

¡TE QUIERO HIJO!

lunes, 27 de noviembre de 2017

SAN JOSÉ DE CALASANZ

Desde mi laicidad confesa e incluso ateísmo contrastado, hoy toca dar las gracias a un sacerdote de los buenos, de los de antes, de los que como las madres de antes ya apenas existen, porque eran ideólogos de su labor y vocacionales de su profesión.

Era religioso pero no quería que sus pupilos lo fueran, ni era una condición indispensable para acceder a su Escuela, porque su verdadera ilusión, su emoción, su actitud le llevó a fundar la primera escuela libre, aconfesional aunque cristiana, y gratuita, para que pudieran acceder a ella las clases más desfavorecidas.

San José de Calasanz fue un luchador por los derechos de todos y todas los que no tenían derecho a la educación por el solo hecho de ser pobres, luchó por ser maestro antes que clérigo y no escuchó lo que su padre le quería inculcar, porque su vocación y sus ideas estuvieron por encima de todo aquello.

A los burgueses y ricos de la época, no les gustó mucho eso de que un cura progre les quitara la mano de obra potencial y barata del pueblo llano, pero él hizo caso omiso a todo y se esforzó por huir de lo que proponían las clases altas de entonces.

Eso que propuso, ideó y materializó un señor allá por el siglo XVI y XVII debería estar hoy presente en todas las aulas, en nuestro país y en el sentimiento más profundo de la labor educativa, para que todos los que nos sentimos MAESTROS de profesión y con gran vocación, sigamos esa estela y la transformemos en una realidad avanzada de lo que fueron sus modernas convicciones.

Luchemos pues por una escuela de todos y para todos en la que no haya distinciones, en la que un currículo cerrado que no sea capaz de dar cabida a la ilusión y la emoción, a la creatividad y al aperturismo que precisa nuestra sociedad, no tenga cabida tampoco en nuestro sistema.

Avancemos en la gratuidad de nuestra Escuela y favorezcamos la misma, como hizo aquel sacerdote patrón de nuestra profesión y no la privatización.

No permitamos que el dinero o la condición social, esté por encima de la calidad de una educación gratuita y universal.

Denunciemos que para acceder a una “escuela pública concertada” haya que pagar cánones en conceptos extraños e ilícitos que sesgan y limitan el acceso a las mismas, como no ocurre en las ESCUELAS Y CENTROS PÚBLICOS.

Prioricemos como lo hizo ese Santo Patrón la escuela libre, gratuita y universal y LUCHEMOS POR ELLA COMO LO HIZO un cura, que huyó de adoctrinar en su religión, condición social o ideología política, modernizando una institución que en aquellos años no existía y apartando a los más desfavorecidos de los guetos en que se encontraban.

Hoy es un día para FELICITAR a todos los MAESTROS Y MAESTRAS que sienten su profesión, que aman sus momentos educativos, que luchan por una ESCUELA ABIERTA A LA SOCIEDAD Y LIBRE DE ATADURAS IDEOLÓGICAS, hoy es un día para pensar que nuestro trabajo merece la pena y que a través de él se pueden cambiar cosas que están obsoletas, raídas, postradas, anticuadas, ruinosas en nuestras aulas y en los despachos de los que ordenan y mandan. Porque los que mandan en la EDUCACIÓN son los únicos que no he nombrado aún, ya que aún siendo ellos y ellas los protagonistas, a veces se convierten en números, cifras que van de un lado a otro, títeres que pretenden encasillar entre cuatro paredes para que no den mucha guerra, o el producto de una estadística que engrandece a unos para desfavorecer y criticar a otros.

Los auténticos protagonistas de todo esto, son aquellos que San José de Calasanz rescató de las calles para que tuvieran un derecho que hasta entonces no tenían y que en un futuro gobernarán nuestro país, limpiarán nuestras calles, cuidarán nuestros jardines, crearán nuestras canciones de amor preferidas, curarán nuestras enfermedades, atenderán con prestancia nuestros problemas, perseguirán a los que nos hacen daño, protegerán nuestros barrios, llenarán estadios deportivos, investigarán enfermedades, cuidarán con mimo nuestro planeta, darán sermones en templos o conferencias en centros culturales, nos harán reír o llorar con sus libros, obras de teatro o series de televisión, pintarán auténticas obras de arte, arreglarán nuestros vehículos…pertenecerán en definitiva a este sistema productivo al que pertenecemos…y alguno de ellos pensará que es indispensable para que todos y cada uno de estos grandes profesionales puedan llegar a serlo y se hará MAESTRO.


FELIZ DÍA DEL MAESTRO COMPAÑER@S


SALUD Y KM.

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